El erotismo y su género asociado en la literatura tienen una gama muy amplia de manifestaciones, así como en la vida misma.
La literatura erótica ha creado desde la novela rosa hasta exponentes de literatura decandente como el Marques de Sade.
Y así como el "Divino Marqués" otro autor Francés se adentró en este último género, Georges Bataille. En su narración "La historia del ojo", usa una prosa vehemente y fluida, para acercarnos a lo que podría asustar a una sociedad recatada como la fue la de principios de siglo, pero que hoy día se ha asimilado para convertirse, no en un libro de escándalo, sino erótico. Usando arquetipos como el sol, los testículos, un huevo y claro un ojo, para narrar una historia sobre el sexo y las fijaciones humanas.
Pero más allá del sexo y las fijaciones humanas, en el entretejido de palabras "sucias" se filtra la luz de otro tipo de filosofía, y es la del misticismo. Bataille quiere intuir y conducir, a través de la narración de los excesos, de lo que podría considerarse la degradación y la bestialidad, llegar al éxtasis de la luz y la verdad, la experiencia mística se asocia comúnmente con lo puro y sagrado, como Santa Teresa o San Agustín expresan en sus textos, sin embargo aqui la culminación de esto se alcanza transgrediendo lo sagrado, ultrajando a la representación de lo que oficialmente se considera sacro, como es un sacerdote, y uno de especial belleza física, que sucumbe a los placeres de la carne y muere en un gran eyaculación.
Esta alegoría, casi fábula, está llena de simbolismos, pero no limitados a una índole piscológica personal del autor, como confiesa al final de la narración, sino de simbolismos y arquetipos que como indica el mismo texto son comunes en autores como Poe o Lovecraft.
Rescato este párrafo del libro:
[...]el viento se había calmado un poco y dejaba ver una parte del cielo estrellado; me vino la idea de que la muerte era la única salida para mi erección; muertos Simona y yo, el universo de nuestra prisión personal, insoportable para nosotros, sería sustituido necesariamente por el de las estrellas puras, desligadas de cualquier relación con la mirada ajena, y advertí con calma, sin la lentitud y la torpeza humanas, lo que parecería ser el término de mis desenfrenos sexuales: una incandescencia geométrica (entre otras cosas, el punto de coincidencia de la vida y de la muerte, del ser y de la nada) y perfectamente fulgurante.[...]
Tomado de: http://aelfarh.blogspot.com/2007/08/la-historia-del-ojo.html
Historia del ojo, Georges Bataille, Editorial Fontamara
Disponible en nuestra librería: $120.00