La drag asesina de Ed Wood es una novelita extraña, pero en ningún caso un bodrio, si deposito, como he decidido hacerlo en esta oportunidad, mi fe en los traductores al español.
El cineasta siempre se quejó de que nadie lo valorara como escritor, y aún subsiste ese estigma. Se le ha investido como un gran chivo expiatorio de la mediocridad, donde todos los demás se lavan las manos, pero estimo que ese juicio es muy injusto. Más malos que él hay muchos y muy probablemente la mayoría. Sus películas, imperfectas por propósito o desprolijidad, tienen un alma. Levantan sonrisas genuinas, espantan, asombran y enternecen, pero jamás aburren.
Su novela La drag asesina, la única que he tenido en mis manos, está bastante mejor escrita que buena parte de las construcciones novelísticas “gatoxliebres”que abundan en el actual mercado editorial. Con un estilo parco, minimalista y desenfadado se manifiesta como una provocación de principio a fin. Los personajes están apenas justamente retratados para delatar su bajeza moral y su extraordinaria soledad. Nada va nunca mejor, los ambientes son sucios, sombríos, perversos y corruptos, y el final es abierto, pero hacia un abismo de incertidumbre. Releyéndolo, pienso que Wood bien podría haber sido un brillante alumno de Carver, si hubiesen sido contemporáneos. O quizás logró asistir apoyado en su bastón a una sesión de ese imaginario taller.
Tomado de: http://sifound.cl/escritores/?p=99
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