jueves, 23 de mayo de 2013

LA CONFUSIÓN DE LOS SENTIMIENTO

...Vi, por lo pronto, a un niño, a un tímido niño replegado sobre sí mismo, que no se atreve a decir unas palabras a sus camaradas, pero al que un deseo físico, confuso e imperioso, atrae precisamente hacia los muchachos más lindos de la escuela. Pero, con ocasión de un acercamiento demasiado tierno, uno de ellos lo rechaza con irritación; otro se burla de él soltándole una palabra odiosamente clara y, lo que es peor todavía, ambos lo ponen en la picota, ante sus camaradas, por esa pasión contraria. Y al punto la unanimidad de la mofa y la humillación excluye, como a un apestado, al niño confuso, de la alegre camaradería de los alumnos; concurrir a la escuela se convierte para él en un calvario cotidiano, y por culpa de su precoz estigma, ve sus noches turbadas por el asco de si mismo: el niño que es rechazado por sus semejantes siente que su pasión contra natura y que, sin embargo, sólo se ha hecho presente en sueños, es una locura y un vicio deshonroso. La voz del narrador vacila, insegura. Por un instante, parece amenazar con apagarse en la oscuridad. Pero un suspiro torna a concederle nuevas fuerzas, y de la negra humareda brotan ahora, flameando, nuevas imágenes que se alinean como sombras y fantasmas.
El niño es ya un estudiante, en Berlín; por vez primera, la ciudad subterránea permite a su inclinación, durante tanto tiempo sofrenada, satisfacerse. ¡Pero esos encuentros en los cuales se guiña el ojo’, en las oscuras esquinas de las calles, en la penumbra de las estaciones y de los puentes, hasta qué punto están mancillados por el asco y envenenados por la angustia! ¡Qué pobres son de placer, temblando siempre y llenos de atroces peligros, terminando por lo general miserablemente en extorsiones, y arrastrando cada uno de los mismos, durante semanas, como una babosa, un rastro viscoso de glacial espanto! Vía infernal entre la sombra y la luz: en tanto que durante el día, claro y laborioso, el cristal del espíritu purifica al sabio, la noche abisma siempre a ese ser de pasión en la hez de los arrabales, en la frecuentación de individuos equívocos, a los que la simple aparición del puntiagudo casco de la policía pone en fuga; en las tabernas de cargadas emanaciones, cuya desconfiada puerta sólo se abre ante una sonrisa convenida...
...El pobre hombre, presa de la tortura, se esfuerza incesantemente por encaminar por la vía del orden, con el látigo del dominio de sí mismo, a esa pasión que se apartó de la vida natural; pero nuevamente el instinto lo arrastra hacia el tenebroso peligro. Diez, doce, quince años de luchas, demoledoras de los nervios, contra la fuerza magnética de una inclinación incurable, se estiran en una sola convulsión, gozo sin placer, vergüenza
que ahoga; y poco a poco se ahonda esa mirada, oscurecida y tímidamente oculta en sí mismo, que le concede el miedo de su propia pasión...

Fragmento de:
LA CONFUSIÓN DE LOS SENTIMIENTOS
Autor: STEFAN ZWEIG
Editorial: DISTRIBUCIONES FONTAMARA
Formato: RUSTICO
No. de páginas: 136
Idioma: ESPAÑOL
País: MEXICO
Precio: $100.00

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